La Presidente hablaba en campaña de profundizar el modelo. Ahora está claro que lo hará con los mismos con los que llegó hasta aquí. Y que buscará atravesar el desfiladero de los embates de la crisis internacional con un “mix” de ortodoxia y heterodoxia que resume lo mejor del pragmatismo peronista. Moyano y Clarín, las dos “bestias” a domesticar.
INFORMADOR PÚBLICO
La continuidad del primer Gobierno de Cristina Kirchner con el segundo está dada por dos cuestiones: la ratificación de casi todo el elenco de colaboradores y la profundización de la pelea con Hugo Moyano y el Grupo Clarín.
El único comentario que merecen las designaciones es que la Presidente priorizó la lealtad, el bajo perfil y la construcción de un nuevo instrumento político que debería superar al propio kirchnerismo en su camino hacia la mayor independencia posible del aparato peronista.
Juan Manuel Abal Medina (h) es la única estrella nueva que emerge en este conocido firmamento. Y no es que no tenga una historia, que haya surgido de la nada. Se trata de uno de los cuadros mejor formados del naciente “cristinismo” y es un fiel acompañante de la Presidente desde que quedó viuda. Incluso Cristina lo considera uno de sus herederos, en términos políticos.
Lo que anuncia la entronización de Abal Medina hasta la jefatura de Gabinete es una mayor concentración de las decisiones en la cima del poder, un modo de gestionar que reduce la toma de decisiones a una “mesa chica” y, a veces, a una “mesa de luz”. Pero, a diferencia de su antecesor, el ahora senador Aníbal Fernández, el nuevo ministro coordinador tiene opiniones propias, muchas de las cuales la han ido dando carnadura al “modelo” en aplicación.
La relación entre Abal Medina (h) y las huestes de “La Cámpora” es buena pero no lineal. La Presidente gobierna con un esquema radial de relaciones que la tienen a ella en el centro de todas los debates y las decisiones, con una fuerte influencia de su hijo, Máximo, y de Carlos Zanini.
Hernán Lorenzino en el ministerio de Economía puede considerarse un triunfo personal de Amado Boudou, golpeado en las últimas semanas por versiones sobre un “congelamiento” en su relación con la Presidente. Cerca de Boudou aseguran que jamás hubo tal cosa y esgrimen ahora la designación de Lorenzino como supuesta prueba de que todo se trató de otra “construcción” de la prensa que, salvo la adicta, es plana e íntegramente opositora.
Que Cristina Kirchner haya confirmado a casi el 80 por ciento de sus ministros es, además, una señal hacia sus principales oponentes. “Con ellos al lado saque el 54% de los votos”, podría ser el mensaje. Hasta pareciera haber trazado una línea en la tierra: de aquí para atrás, los leales; de aquí para allá, los derrotados. En esta clave debería interpretarse la posible permanencia de Guillermo Moreno en la esfera pública, cerca de las necesidades del Gobierno.
Para quienes se preguntan cómo será el segundo mandato una respuesta está en este gabinete, en su homogeneidad. Y la otra en algunas de las varias medidas que ha estado tomando Cristina en las últimas semanas, destinadas a darle certidumbre a un período plagado de nubarrones por la crisis financiera global.
Hugo Moyano amenaza con dinamitar la CGT que controla, amenaza que explicitó su hijo Pablo al advertir al Gobierno de que si sigue hostigándolo puede quedarse sin un dique de contención social efectivo. Moyano fue útil, tanto para Néstor como para Cristina, mientras no había una mayor dispersión de los representantes sindicales. Ahora, la conducción de la CGT se reduce a Moyano y a sus dos adláteres, Juan Carlos Schmidt y Julio Piumato. Los “Gordos” dejaron hace rato ese barco a la deriva que es el moyanismo, pero no han logrado cerrar acuerdos con gremios de peso que les permitan desplazar al líder de los Camioneros.
La “espada de Damocles” sobre la cabeza de Moyano sigue siendo la causa de los medicamentos truchos que incuba el juez federal Claudio Bonadío. Este expediente es gemelo a otro en el que su colega Norberto Oyarbide, que prepara sus próximas vacaciones en un paraíso insular, investiga a unas 40 obras sociales -entre ellas también la de Camioneros- por el mismo delito.
Estas causas y otras, todas en fueros con fluida relación con el poder político, sacan de quicio a Moyano, que por lo bajo y en los últimos tiempos también por lo alto, se queja de una persecución en su contra por parte del Ejecutivo. “Si no hubieran hecho lo que hicieron con el APE, ningún juez los estaría investigando”, apuntó un funcionario del riñón del “zaninismo”, en alusión a los troqueles falsos fabricados para cobrar reintegros millonarios por tratamientos complejos que nunca se realizaron.
Ya se sabe, cuando Néstor y Moyano se necesitaban mutuamente, algunas “desprolijidades” se pasaban por alto. Los últimos meses han mostrado y los próximos seguirán mostrando- que las cosas cambiaron y mucho entre la manera de hacer política de Néstor y la de Cristina, como señalan cada tanto los hijos de Moyano. Avisado de esto último es que Pablo salió a cruzar al oficialismo esta semana, enviado por su padre. “Si los portavoces del Gobierno son Lescano y Cavalieri, entonces no tenemos nada más que hacer en la CGT”, disparó, con la sutileza que lo caracteriza.
Pero su progenitor cree que todavía tiene mucho que hacer en el edificio de la calle Azopardo, y no está pensando en encarar una decoración, precisamente. Con la amenaza de romper a la CGT en una mano, y en la otra con la de volver a la vida al antimenemista Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), el moyanismo encara la próxima etapa tanto más aislado como dispuesto a dar batalla. La primera pregunta es si su líder piensa entrar al cementerio. Y, la siguiente, es si existen muchos voluntarios para acompañarlo.
El otro gran opositor de Cristina es Héctor Magnetto. En una reunión de los altos mandos del Grupo Clarín celebrada no hace mucho, el CEO del conglomerado de medios más grande del país arengó a sus acólitos: “Vienen cuatro años de resistencia”. Sobre la mesa de su escritorio se acumulaban los “papers” de los encuestadores más serios, que anticipaban una fulgurante victoria de Cristina Kirchner mientras los editorialistas del diario advertían sobre las inminentes y “definitorias” derrotas que sufriría el kirchnerismo en la Capital, Córdoba y Santa Fe.
Cristina volvió a reclamar esta semana por la inacción de la Justicia, que retiene un expediente en el que el grupo de Magnetto reclamó que se suspenda la vigencia del artículo 161 de la llamada Ley de Medios. Ese texto establece el plazo de un año para que los grupos que tienen más de 24 licencias de radiodifusión (TV, radio y TV por cable) se desprendan de las que sobran. El Grupo Clarín tiene algo más de 200.
Una fuente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación le aseguró a “Gaceta Mercantil” que el Tribunal definirá en 2012 si es correcto el plazo máximo de 36 meses de vigencia de la cautelar que interpusieron los abogados del Grupo contra el artículo 161. La fuente volvió a insistir, como lo hizo en el pasado la Corte, que el resto de la ley está vigente.
En Clarín aseguran que los mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano, que controlan el Multimedios América, están detrás de una ONG desconocida que denunció penalmente a Magnetto y al empresario mexicano-estadounidense David Martínez por “ocultamiento de información” en la última emisión de bonos del conglomerado multimediático que compraron las AFJP antes de ser estatizadas. Martínez conduce el fondo de inversión Fintech, dueño del 40 por ciento de las acciones que posee en CableVisión.
Vila y Manzano siempre han fluctuado entre sus alianzas coyunturales con Clarín y los acuerdos comerciales con el kirchnerismo, pero desde hace un tiempo a esta parte volvieron a cruzarse de vereda, una vez más, ahora gracias a la enorme capacidad de convicción de algunos funcionarios.
Martínez contaba no hace mucho que Magnetto le había asegurado que Clarín estaba dispuesto a vender su 60 por ciento en la mayor operadora de TV por cable de la Argentina, con más de 2,5 millones de clientes, de los cuales más de la mitad tienen el servicio de Fibertel, la megaempresa proveedora de servicios de internet. No está claro si Martínez ha estado mintiendo o si Magnetto le ha estado mintiendo a Martínez, pero en cualquier caso se trata de operaciones de miles de millones de dólares.
Cada día que pasa Clarín se fortalece un poco más, al menos si se mira cómo evoluciona su caja. La semana pasada, una nota institucional publicada en el diario y en el portal de noticias advertía que en el último año, el de mayor enfrentamiento con el Gobierno, el grupo había ganado 500 millones de dólares. Se trata de una cifra impresionante aún en países mucho más ricos que la Argentina.
Claramente, el deseo de Magnetto y su staff fue el de advertir a todos, propios y extraños, y en particular al Gobierno de Cristina Kirchner que en lugar de afectarlos la pelea los fortalece.
Si se analiza con detenimiento la Ley de Medios podrá verse que existen algunas inconsistencias graves que podrían justificar cierto “optimismo” que hoy exhibe el consorcio que preside nominalmente Ernestina Herrera de Noble. El tiempo que llega dirá si la reelecta Presidente está decidida o no a ir a fondo con este crucial asunto. (MDZ)
Julio Villalonga
Director de Gaceta Mercantil
En Twitter: @gacetamercantil
0 comentarios
Publicar un comentario
Todo lo que puedas aportar para mejorar este Blog será bienvenido. Opiniones, Historias, Fotos, etc. Puedes hacerlo también a mi e-mail: charlesfrancis1953@hotmail.com
Por todo; Gracias.-
Carlos