La pelea por las obras sociales une a toda la CGT

El reclamos por l pago de la deuda millonaria que el Estado tiene con las obras sociales sindicales podría unir a todos los gremios, incluidos los que conducen los denominados “gordos”, en lo que podría significar un primer paso para la unidad dentro de la CGT. 

No existe, por el momento, otro motivo capaz de reunir en la misma mesa a los dirigentes moyanistas, los "independientes" y a "los Gordos" (representantes de los grandes gremios). Es así, más allá de los recientes llamados a la unidad sindical que invocaron Gerónimo Venegas y Armando Cavalieri, según señaló hoy el diario La Nación.

La CGT había reclamado en marzo pasado una deuda que, según los sindicalistas, llega a los 9000 millones de pesos. Hasta se amenazó con demandar judicialmente al Estado si no se acordaba un mecanismo con el Fondo Solidario de Redistribución. 

El Gobierno accedió a abonar este año unos $ 1000 millones en cuatro pagos que ya están próximos a completarse.

"Se reivindica la unidad sindical en la acción y con los objetivos comunes. Las diferencias así pueden quedar de lado", analizó un moyanista ante las versiones sobre una posible convocatoria al consejo directivo de la CGT para debatir sobre las obras sociales. 

Desde el sector de los "independientes" (mecánicos, metalúrgicos y obreros de la construcción, entre otros) expresaron su aprobación para reunirse y tratar el tema.

En tanto, desde "los Gordos", Cavalieri, uno de sus referentes, envió una señal. "Creo que el Gobierno está esperando un plan nuestro para que la plata de la deuda sea destinada a crear sanatorios, en instrumentos que mejoren la atención a los afiliados. El sistema de salud nació así y así lo vamos a defender", dijo el referente de los empleados de comercio. 

La deuda por la que se protesta sería de 9000 millones de pesos, según la CGT. Unos $ 6800 millones provienen del aporte obligatorio que se les saca a los trabajadores de sus respectivos salarios.

El resto del monto surge de los reintegros de prestación de servicios de alta complejidad que se brindan a través de la Administración de Programas Especiales (APE), un organismo descentralizado que está bajo la órbita del Ministerio de Salud y que, hasta el escándalo por la mafia de los medicamentos, era un bastión del moyanismo. 

La APE fue blanco del último reclamo cuando dirigentes de la CGT objetaron algunos retrasos en el reintegro de los fondos.

Moyano, que asumió ayer su sexto mandato en Camioneros, no
prevé reclamar la deuda de las obras sociales antes de las elecciones del 23 te octubre. Se mantendrá en una actitud pasiva, en un intento de enviar gestos disciplinados. De todos modos, cuando se reúne con sus íntimos, se alarma por la inflación y observa con preocupación que el Gobierno y los empresarios intenten neutralizar la negociación paritaria de 2012

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